(Español) La evaluación como parte crucial del proceso de enseñanza y como promotor del proceso de aprendizaje: una reflexión de una experiencia

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Este año, como llevo haciendo hace un par de años, he querido hacer una aproximación ”diferente” a uno de los contenidos más áridos de una de las asignaturas de las que soy responsable “Organización escolar y recursos educativos” del primer año del Grado en Educación Primaria. El contenido es, en concreto, la organización de los centros de educación primaria y sus particularidades según la ley. 

Confieso que es un contenido que me resulta particularmente árido y que creo que aprenderlo de memoria sólo deja un enorme rastro de ignorancia y tiempo perdido en todos los miembros de una clase (los estudiantes aprendiéndoselo y los profesores corrigiendo exámenes de memoria que no prueban nada sobre lo que los estudiantes sabrán cuando vayan el año que viene a los centros en su primera experiencia de prácticas). Perdonad que me enrolle un poco contandooslo:

La idea es organizar un sencillo juego de Snakes & Ladders (si fuese en español sería una Oca, pero es el grupo bilingüe ;-)) pero que para moverse haga falta responder a unas preguntas sobre el tema. La particularidad de la experiencia radica en cómo se elaboran las preguntas: en primer lugar se pide a los grupos que realicen un “resumen” de los aspectos más importantes de la ley, referida a 6 temas cruciales relacionados con la organización escolar usando un mapa conceptual para hacer tal resumen (deben usar una herramienta online para hacer el mapa, a su elección). Después un grupo se convierte en “especialista” en un tema y evalúa todos los CMaps de ese tema (usando un cuestionario en GDocs que ha preparado la profesora), elaborando además un único mapa unificado con los asuntos más importantes que hace público en el mismo día (aquí podéis ver algunos de los mapas). Los dos mejores grupos (por calidad de los CMaps) reciben una recompensa en forma de nota en la asignatura.

Usando ese grupo de mapas unificados finales, todos los grupos deben preparar 4 preguntas por cada tema (total 24 preguntas) en un formato específico (tarjetas blancas de 9X5 cm), y al volver a clase nuevamente se dividirán por grupos especialistas (los temas de especialidad cambian) que evaluarán los grupos de preguntas (con otro cuestionario preparado por la profesora) y elegirán las 8 preguntas que se incluirán en el concurso final. Todos los grupos hacen público el enunciado de todas las preguntas evaluadas. Los dos mejores grupos (por calidad de las preguntas) reciben una recompensa en forma de nota en la asignatura.

Luego se juega al S&L y los dos mejores clasificados tienen una recompensa en la nota final de la asignatura. (las tres recompensas pueden ser acumulables)

Valga decir que, a fin de evaluar la evaluación por pares y de matizar la parcialidad de los grupos a la hora de juzgar a otros grupos y a sí mismos, la profesora revisa también los mapas y las preguntas y en caso de necesidad incluye su criterio en la evaluación. Y, en aquellos casos donde se aprecie una diferencia excesiva entre la evaluación de ella y del grupo, o una parcialidad intencionada, intentará corregirse y se penalizará al grupo evaluador en sus posibilidades de conseguir recompensa.

Importante: ninguno de los pasos tiene repercusiones negativas directas importantes en la nota final de los grupos.

Se trata, como en el caso de todas las actividades que propongo a mis alumnos (y en las que a veces tenemos más o menos éxito) de un intento desesperado por enfatizar en los niveles de procesamiento cognitivo que entiendo más importantes (y que son los que aparecen arria del todo desde la taxonomía de Bloom (1956) y en las revisiones posteriores, hasta la de Marzano (2004)): Crear y Evaluar por parte de ellos, de los estudiantes.

CREAR siendo capaces de re-crear el contenido de la ley (en este caso de las dos leyes LOE y LOMCE que al final se combinan) y de crear preguntas de una única respuesta posible, pero cuya respuesta no exista estrictamente y literalmente en la ley, y por otra parte EVALUAR de forma rigurosa, los aspectos más importantes del trabajo de sus compañeros (formato, claridad, extensión, dificultad, pertinencia, valor y relevancia).

Acabo de revisar los mapas, las preguntas y las puntuaciones de los grupos y el resultado es estupendo, me encanta (jugaremos a la vuelta de Pascua). El trabajo realizado es francamente estupendo (no sé si recordarán alguna de las respuestas, pero dominan la ley y han sido capaces de darle muchas vueltas y de pensarla mucho… de aquí a que ejerzan igual cambia, pero ellos estarán preparados para verla) y la valoración del trabajo es sorprendentemente ajustada, incluso a mis criterios. Si hay un poco más de variación radica en la valoración de los mapas conceptuales y creo que se debe a que no expliqué en profundidad qué es un mapa conceptual y me temo que lo han confundido con otros tipos de representación mental.

Creo que, al menos en este caso y en concreto en la educación formal, el componente de la evaluación, como nivel de procesamiento del conocimiento para los estudiantes les permite un trabajo verdaderamente profundo con el temario (evaluar es una capacidad superior que los aprendices deben experimentar) y creo además que saber que su trabajo, tanto de creación como de evaluación, es evaluado por sus iguales y por el profesor y además saber claramente cómo se evalúa, les motiva y hace que todo el esfuerzo merezca la pena.

Solemos quejarnos los profesores amargamente -y ácidamente- sobre la poca gana de nuestros estudiantes de trabajar, de ir más allá, pero solemos también ofrecerles pocos incentivos a ese trabajo intenso… Ahora es el momento en que preguntamos ¿y la motivación intrínseca? ¿y el deseo de aprender así en grande?, pero ¿cómo saben nuestros estudiantes que han aprendido? ¿qué referencia tienen? ¿acaso vale con su “sensación” de que piensan diferente? ¿que se sienten menos perdidos? ¿más?…

Creo que la evaluación -entendida evidentemente como algo más que la evaluación sumativa final- es una parte fundamental del proceso de enseñanza (si, y en ed. formal hablamos de enseñanza, no me cansaré de decirlo, no es ninguna palabrota), reconducir el trabajo, dar pistas de los problemas, ampliar la perspectiva, dar la palmadita en la espalda… todo eso son cosas que motivan el aprendizaje y que se hacen en la evaluación (la autoevaluación, la por pares y la de expertos)… sin duda son cosas que en los contextos menos formales (imaginad vuestra red personal de aprendizaje) esperamos recibir en diversos formatos… y si, desde mi perspectiva hace parte crucial del proceso de aprendizaje.

¿Hay aprendizaje sin evaluación? seguramente, pero ¿significa eso que la evaluación no haga parte del proceso? de ninguna manera… al menos esa es mi perspectiva.

Ya la racionalidad técnica (la teoría pedagógica) me lo decían, pero además la racionalidad práctica (experiencia de profe) me lo confirma una y otra vez (esto ha sido sólo un ejemplo). Sí la evaluación SÍ hace parte y NO, no sólo la evaluación no está sobrevalorada, sino que está infrautilizada y malograda.  Al menos eso es lo que creo yo.
___________
A propósito del momentazo de mi amigo J. en un #hangoutON que ha corrido como la pólvora en la red y que reza lo de “la evaluación NO forma parte del aprendizaje”.

Dr. Adell, no me lo tenga usted en cuenta 😉

8 thoughts on “(Español) La evaluación como parte crucial del proceso de enseñanza y como promotor del proceso de aprendizaje: una reflexión de una experiencia

  1. Adriana says:

    Interesante tu exposición de la actividad. Tengo algunas preguntas, para generar alguna discusión en el campo de la didáctica. Una en relación al contenido y otra en relación a la evaluación que planteas.
    1- en tu exposición aludes a que quieres evitar la memorización y por lo tanto propones un juego. ¿para incorporar los mismos contenidos? Tienen que reproducir aquello que esta escrito? o tienen que analizarlo, integrarlo en un contexto histórico, visualizar las consecuencias pedagógicas de las leyes, etc. etc. Si es lo primero, ¿quiere decir que hacemos “más amena” la reproducción de la información y no nos abocamos al análisis critico de la misma?
    2- En relación al concepto de juego que se incorpora. ¿Necesariamente tiene que haber competición en contra de otros?¿las “recompensas” y los castigos, son intrínsecas (las notas, el mejor mapa conceptual, etc.) y no hay intrínsecas?
    Y por ultimo una reflexión. La taxonomía de Bloom puede ser útil pero también un poco perversa porque encorceta

    • lindacq says:

      Muchas gracias por tu comentarios, te contesto usando la numeración de tu comentario:
      1. trabajamos los mismos contenidos. No es que quiera “evitar la memorización” pretendo conseguir procesos cognitivos de orden superior a memorizar o entender, por eso les pido crear y evaluar. Lo que ellos piden en la respuestas de las preguntas que crean es bastante más que reproducir partes de la ley… algunas piden poner en marcha alguna cosa, otros preguntan sobre situaciones cotidianas y cómo se resuelven en una ley u otra…
      2. No hay competición en contra de otros. Sólo hay recompensas para los mejores y no hay “castigos” de ningún tipo… sólo oportunidades. Entiendo que las motivaciones intrínsecas quedan intactas a las que hay antes de la actividad (esta tarea se integra en un trabajo global por tareas de todo el año trabajando por grupos, roles y en cooperación).
      3. Aunque me sigan pareciendo insuficientes las revisiones de Bloom (si quieres saber lo que pienso echa un vistacico a este post) Me gusta usar como referencia la taxonomía de Marzano (2004) que agrega el nivel de procesamiento metacognitivo (que lo trabajamos a través de las reflexiones obligatorias en todas las tareas), pero en este caso hablo sólo de los niveles de procesamiento cognitivo, que en el caso de Marzano -como en el caso de todas las revisiones de taxonomía de niveles de procesamiento cognitivo hasta la fecha, coinciden con la de Bloom, aunque la perspectiva cambie un poco (si revisas el texto de Marzano o la de Krathwol o Churches, verás que hay algún avance).
      Espero haber respondido en alguna medida a tus interrogantes.
      Un saludo

  2. Jordi Adell says:

    Tres comentarios breves:

    1. No confundamos aprendizaje y enseñanza. Mi provocación herética es que lo esencial del aprendizaje NO ES la evalaución. Pero la evaluacion ES la base de ciertos modelos de enseñanza. Y mucha gente la ha interiorizado que le resulta inconcebible aprender sin que se evalúe lo aprendido. De eso me quejo. Todo el día “vigilando y castigando”, aunque, tranquilos, pronto lo hará la tecnología.
    2. El régimen de evaluación constante, sumativa, del producto, objetiva (sic), cuantificada, en rankings, etc. llegará a los docentes y a sus sueldos. En ese momento se despertarán algunas sensibilidades ahora adormecidas.
    3. ¿Y si se incorporaran algunos elementos/lecturas/etc. para un análisis crítico del modelo de escuela/factoría eficientista que promueve la legislación vigente?

  3. Luis says:

    Buenas Linda y enhorabuena por su blog.

    Estoy encantado con la idea que se explica que se ha llevado a cabo en este blog, ya que todos los que estamos inmersos en el mundo de la educación ( en mi caso como estudiante de pedagogía) sabemos que el hecho de memorizar una serie de leyes y de estructuras del sistema de escuela muchas veces quedan memorizados para un examen y a los dos o tres meses no solo no recordamos la mayoría de los conceptos, sino que los confundimos.

    Pese a lo árido de esta asignatura de “Organización escolar y recursos educativos” el hecho de que los maestros conozcan su propio ámbito legislativo es crucial para poder desenvolverse en su profesión.

    Sinceramente le doy mi enhorabuena no solo por la idea, sino por el valor de llevarla a cabo en un ámbito como la universidad, donde muchas veces se habla de metodologías y estrategias innovadoras de enseñanza pero llevarlas a cabo es algo que parece no tener lugar. En este caso desarrollar una metodología de juego en el aula universitaria y además para un temario que a veces puede resultar “pesado” supongo que habrá sido agradecido por el alumnado.

    Con esto último lanzo una pregunta que me genera cierta curiosidad por todo el debate que se viene llevando a cabo desde que se aprobó el famoso “Plan Bolonia” ¿Cuál es la opinión de los alumnos sobre este tipo de metodología llevada al aula? ¿Ofrecen quejas sobre el esfuerzo de tiempo que les requiere esta asignatura? Aunque las quejas sean escasas, ¿piensa usted que si todas las asignaturas del cuatrimestre actuasen de esta manera sería viable en la enseñanza superior?
    Un saludo, Luis Sánchez

    • lindacq says:

      Estimado Luis, espero que valga más tarde, que nunca. MIl perdones por no responder en su momento a tu comentario.
      Intento contestar un poco a tus preguntas:
      1. Mis alumnos (en diferentes encuestas, en correos que me mandan cuando han terminado y en algunos comentarios que me hacen) están muy satisfechos con el trabajo. Es complicado y exigente, pero casi todos afirman que han aprendido mucho.
      2. 🙂 ¡se quejan MUCHO! Y no sólo por el tiempo (que comparado con eso de venir a clase , oir -o no- y estudiar apuntes dos semanas -y me estoy pasando- antes del examen, esto es un mundo!), se quejan por casi todo al principio. Ten en cuenta que lo que les planteo les exige un papel tremendamente activo al que no solo no están acostumbrados, sino que muchos no quieren asumir. Hay mucha incertidumbre, miedo, agobios, falta de organización, y también hay mucho “acomodamiento”. En estos ya 7 cursos haciendo las cosas “diferentes” (no solo en esta asignatura, en todas las que doy) muchos me han dicho: “si yo lo que quiero es un libro, y un examen de tipo test, por favor”.

      3. Si todas las asignaturas se hicieran planteamientos de este estilo (que a mí me gusta y lo entiendo coherente con lo que enseño e investigo, pero no quiere decir que sea el mejor, ni bueno por naturaleza, ni nada parecido), igual podríamos hacer planteamientos transdisciplinares, trabajos complementarios de asignaturas, colaboraciones, proyectos conjuntos en los que lo que damos en cada asignatura fuese una parte del proyecto… pero qué se yo, ese escenario no existe.
      Ahora, sí creo que es viable y deseable. Desde mi punto de vista lo que tenemos ahora en las aulas no se sostiene y los estudiantes tienen un compromiso de horas de trabajo autónomo para cada asignatura (mira las horas de trabajo que tiene cada crédito ECTS) que deberían llenarse de actividades enriquecedoras, enriquecidas, que les exijan lo propio de una educación universitaria y les ofrezcan oportunidades de aprendizaje verdaderamente interesantes. Con todos mis respetos, el tiempo aprendiendo de memoria un libro para después copiar y pegar en un examen (aunque sea usando la cabeza como portapapeles) es tiempo perdido que nadie reclama.
      Y siguiendo un poco con el argumentario de la falta de tiempo, créeme que los que más se quejan de falta de tiempo para hacer esto no son los alumnos, son los profesores. No es raro el día que un colega no me dice que hacer esto con 70 alumnos en clase es imposible…
      En fin, pero esto es solo un gota de lluvia en un inmenso desierto. Esperemos -yo al menos espero- que diluvie.

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