Y ahora qué o ¿por qué no me gustan las revisiones de Bloom?

Esto debía ser un post de recomendación bibliográfica, pero se me ha liado la cosa, así que la recomendación bibliográfica vendrá inmediatamente después… así me sitúo y os sitúo un poco a los que andáis por aquí leyendo (pobretes! :-)).

Soy tecnóloga, me encantan los cacharros, la escuela y la faena del día a día. Pero además, y sobre todo, soy pedagoga. Me preocupa el fondo teórico que fundamenta nuestros análisis de la realidad y que nos sirven como base para el desarrollo de la educación. Creo firmemente en la necesidad de que planteamientos fuertes, desde el punto de vista teórico, den soporte y expliquen lo que la realidad demanda y enseña. Y me preocupa que en didáctica –al menos desde mi corto y pequeño punto de vista- no hayamos avanzado tanto como debiésemos y sirvamos de lastre más que de motor al proceso educativo.

Es el caso de los objetivos y el planteamiento del curriculum basado en esos objetivos y el por qué de mi casi aversión a las revisiones de la taxonomía de Bloom (últimamente parece que haylas por cientos) y la sensación de que con ellas descubrimos la pólvora. Con perdón de sus autores y su buena voluntad al hacerlas, pero creo que son ataduras que nos mantienen presos de un planteamiento teórico de más de medio siglo de antigüedad.

En parte es normal. La taxonomía de Bloom, con muchas limitaciones, vino a explicar de una forma coherente lo que pretendíamos de nuestros alumnos y además de forma ampliada. Aquellos tres dominios del pensamiento eran bastante más de lo que muchos pretendían con sus alumnos, adelantaba algunas de las cosas que se irían a enunciar más tarde en informes de calado e impacto internacional… en fin!, daba respuestas y señalaba caminos. Desde que Boom (Krathwohl y otros, aunque el et al nunca se diga) plantearan la taxonomía en 1956 y la redefinieran en 1964 (Krathwohl et al 1964), muchas revisiones se han hecho de ella, intentando superar especialmente algunos de sus planteamientos principales que ya chirriaban entonces:

  • Aunque en el planteamiento inicial la taxonomía introduce los tres dominios (cognitivo, actitudinal, psicomotor), entiende que dichos dominios están separados unos de otros como compartimentos estancos que incluyen de forma bastante poco clara el tipo de conocimiento pretendido y el tipo de proceso cognitivo que se pretende
  • El desarrollo de las áreas psicomotora y actitudinal no son abarcadas suficientemente, y al final se llega a entender el aprendizaje como un mero proceso cognitivo, y a día de hoy sabemos que la enseñanza y el aprendizaje abarca mucho más
  • Esas primeras tres categorías resultan excesivamente amplias para admitir un análisis detallado del curriculum, de lo que sucede en el proceso e-a.
  • Pero además, dicha taxonomía plantea una relación jerárquica entre las destrezas a conseguir por parte de los aprendices cosa que no termina de estar clara.
  • Dichas revisiones (Anderson & Krathwohl, 2001; Anderson, 2005; Marzano et al., 1988; Marzano, 1998; 2001; Marzano & Kendall, 2007, Churches, entre otras muchas), aunque dan pasos interesantes como incluir la metacognición, condicionar la relación jerárquica entre los saberes, incluir las TIC, señalar relaciones, incluso hablar de una dimensión social… no dejan de ser un parche a un planteamiento sobre la enseñanza –y el aprendizaje- que parte de una realidad absolutamente diferente, en las que el conocimiento se movía de formas completamente distintas (la metáfora de la conducto-sustancia de la que nos hablaba en novadors 2010 Jordi Vivancos https://docs.google.com/present/view?id=ajg568p873q5_443f34pw6cj), y querer a punta de parches aplicarlo a una realidad en la que la forma de crear y mover el conocimiento es completamente diferente.

    Por eso no me gustan. Siento que, en la línea del libro “no pienses en un elefante” (G. Lakoff), el discurso y los términos del mismo son importantes, a tal punto que cuando un discurso invade con sus términos una discusión, dejamos de pensar más allá de ese discurso. Y esa es, en parte, mi frustración con Bloom.

    Entender una forma diferente de pensar en el curriculum, más allá del pensamiento por objetivos que ha marcado nuestro “fondo” pedagógico por más de 50 años (la taxonomía de Bloom se publicó en el año 1956) y al cual hoy seguimos dándole vueltas y haciéndole parches por si nos sigue sirviendo, creo que es complicado, especialmente si nos lo planteamos con algo de seriedad teórica y práctica. Pero bueno, nadie ha dicho que esto fuera a ser fácil.

    Como siempre, mil perdones por el rollo.

    Por si alguien quiere echar un vistazo a las referencias nombradas, aquí tenéis las referencias completas:
    ANDERSON, L. W. (2005): Taxonomy Academy Handbook. The Taxonomy Academy. Anderson Research Group. Documento en línea [consultado el 30-09-2008] en http://www.andersonresearchgroup.com/reports/TAH.doc
    ANDERSON, L. W., y KRATHWOHL, D. R. (2001): A taxonomy for learning, teaching, and assessing: A revision of Bloom’s taxonomy of educational objectives. New York: Addison Wesley Longman
    BLOOM, B.S. ENGELGART, M. D.; FURST, E. J.; HILL, W. H. y KRATHWOHL, D. R. (Eds.). (1956): Taxonomy of educational Objectives: The classification of educational goals. Handbook I: Cognitive Domain. New York: David McKay
    CHURCHES, A. (2007) Educational Origami. Bloom’s and ICT Tools. http://edorigami.wikispaces.com/ [consultado el 10-01-2010].
    KRATHWOHL, et al. (1964): Taxonomy of educational objectives, II Affective Domain. London: Longmans.
    MARZANO, R. (1998): “What are the general skills of thinking and reasoning and how do you teach them?”. Clearing House 71 (5). 268-273.
    MARZANO, R. (2001): “Designing a new taxonomy of educational objectives”. GUSKEY, T.R. y MARZANO, R. (Eds.): Experts in assessment Series. Thousand Oaks, CA: Orwin Press.
    MARZANO, R. y KENDALL, J. (2007): The New Taxonomy of Educational Objectives. Segunda Edición. Thousand Oaks, CA: Orwin Press.
    MARZANO, R.; BRANDT, J.; HUGHES, C.; JONES, B.; PRESSEINSEN, B.; RANKIN, S. y SUHOR, C. (1988): Dimensions of Thinking: A framework for curriculum and instruction. Alexandria: ASCD (Association for Supervision and Curriculum Development).

    Mi manifiesto de Educadora – Aprendiz Abierta

    Traducción (libre Linda’s style) del “Open Educator Manifesto” de David Truss porque lo suscribo, probablemente no como un hecho, pero sí como un deseo:

    “Nosotros” educamos a los futuros ciudadanos del mundo

    La enseñanza es mi práctica profesional

    Yo comparto, de entrada comparto.

    Soy abierta, transparente, creo en la colaboración y soy eminentemente social

    Mis estudiantes son dueños de su propio aprendizaje, tanto en lo que se refiere al: proceso, ambiente, productos y evaluación.

    Mis alumnos están en las redes y yo les integro en de redes de aprendizaje (que además espero les duren mucho tiempo).

    Cada estudiante merece aprendizaje personalizado en el que escuche su propia voz y refleje sus elecciones

    De la misma forma que cada educador merece aprendizaje personalizado

    Tengo grandes expectativas de mis alumnos, soy respetuosa con ellos, comparto la experiencia de aprender con ellos y… sobretodo, ¡me atrevo a hacer cosas CON ellos!

    ¡Yo soy parte de el cambio que quiero ver en la educación!